Halloween, ¿fiesta pagana?
- Horus Manteia
- 1 nov 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 nov 2022

La fiesta de Halloween cae en el último día de octubre porque es la víspera de la festividad católica de Todos Santos.
Esta fiesta en honor de todos los santos se solía celebrar el 13 de mayo ya desde el siglo IV, pero el papa Gregorio III en el año 741, la cambió al primero de noviembre, día en que se dedicó la Capilla de todos los santos en San Pedro en Roma. El siguiente siglo, el papa Gregorio IV mandó que la Fiesta de todos los santos se celebrara en todo el mundo cristiano, llegando así a Irlanda.
La noche anterior a la fiesta de todos los santos se celebraba una vigilia llamada en inglés All Hallows Eve o Halloween. En esos días, Halloween no tenía un significado especial ni para los cristianos ni mucho menos para los desaparecidos paganos celtas. Algunas festividades litúrgicas son precedidas por vigilias, entre las que destacan la vigilia de Navidad (Nochebuena), la de Año Nuevo, la Vigilia Pascual y la Vigilia de Pentecostés.
En el año 998, San Odilón, abad del poderoso monasterio de Cluny en el sur de Francia, agregó una celebración el día 2 de noviembre. Era un día de oración para las almas de los fieles difuntos. Esta festividad llamada día los fieles difuntos, se esparció de Francia al resto de Europa.
La costumbre de disfrazarse más bien nació en Francia durante los siglos XIV y XV. El Medioevo tardío sufrió ataques repetidos de la peste bubónica o peste negra, llamada la muerte negra y con ella perdió la mitad de su población. No es de sorprender que los católicos de este periodo tuvieran más interés en la otra vida.
Se decían más misas en el Día de Todos Santos y de los Fieles Difuntos, y se diseñaron representaciones artísticas para recordar a todos de su mortalidad. A estas representaciones las conocemos como la Danza de la muerte o Danza macabra, la cual era comúnmente pintada en las paredes de los cementerios y mostraban a la muerte conduciendo una cadena de gentes: papas, reyes, damas caballeros, monjes, campesinos, leprosos, etc., a su tumba. A veces esta danza se presentaba el propio Día de los Fieles Difuntos, como un retablo viviente con personas vestidas con las ropas de los diferentes estados de la vida.

Pero los franceses se disfrazaban el Día de los Fieles Difuntos, no en Halloween; y los irlandeses que tenían Halloween, no se disfrazaban. El cómo es que ambas celebraciones se mezclaron, probablemente ocurrió en las colonias británicas de Norteamérica durante el siglo XVIII, cuando los irlandeses y los franceses se comenzaron a casar entre sí, y se popularizó más a partir de 1845, cuando inició la inmigración más amplia de irlandeses a los Estados Unidos. El enfoque irlandés en el infierno le dio a las mascaradas francesas un giro más macabro.
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