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¿Qué es el destino? Parte 2

Actualizado: 4 mar 2021

Entonces, continuando con lo dicho anteriormente, ¿Qué sucede con aquellas personas que, haciéndose responsables, tomando el rumbo de sus actos y vidas, sufren desgracias o muerte? ¿Acaso significa que eso se ganaron por hacer las cosas bien?

Reflexionemos.

Así como hay personas que se hacen cargo de sus vidas y actos, también hay, y no pocas, las que hacen justo lo opuesto: viven al día, sin planeación, responsabilidad alguna. Y como consecuencia, se hacen daño. Pero estas personas, también tienen bajo su cargo otras más, ya sea como conductores de vehículos, tanto de transporte de personas como de materiales; quizá como personal encargado de obras públicas, construcciones, etc. Y sus acciones impactan a los demás. Es ahí donde los inocentes, los que no son culpables, sufren a consecuencia de las fallas, egoísmos, delitos y crímenes de otros. Desde la óptica equivocada, pareciera que el sufrimiento que sufren las personas que llamamos buenas, es obra de un mal superior o de una voluntad divina. Nada más alejado de la realidad. Ejemplos hay muchos, y es así como se puede llegar a entender no solo la responsabilidad propia, sino la comunitaria.

No quiere esto decir que nuestro papel sea de ser jueces o verdugos del prójimo, pero tampoco es la indiferencia o indolencia. Ese punto intermedio, esa solución a todo esto, se le llama tejido social, compuesto por las leyes humanas, las divinas, la educación en cada hogar.

Desgraciadamente la prisa que algunos tienen de evitar los males y las desgracias hace que tanto padres de familia, como personas de autoridad en todos los estratos, cometan los excesos o abusos de criticar, ofender, humillar, etcétera, a quienes sorprenden faltando a esas normas de convivencia.

¿Por qué está mal eso? porque propician que las personas que por la razón que sea estén fallando en sus deberes y responsabilidades, decidan ocultarse, pasar al anonimato, a evitar ser sorprendidos hagan lo que hagan, sea bueno o no, precisamente para no recibir opiniones o sanciones verbales de las personas que les rodean, haciendo que lo que se desea evitar, se siga perpetuando a través de la misma o peor conducta de estas personas que sintiéndose, con razón o no, heridos por sus seres próximos, continúen con las acciones que finalmente terminarán dañando a los demás. O peor aún, que reaccionen con cinismo y descaro, haciendo públicamente y sin pudor alguno aquello que se les prohíbe o acusa.

"Muy caro es el conocimiento que obtienes con la experiencia, y más caro el que te falta por comprar" dice el axioma del Arcano Mayor 10: La Retribución, también conocida como la "Rueda de la Fortuna".



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